Este post tiene un componente muy especial, porque está conectado a una pregunta extremadamente interesante que me hicieron hoy y que dice algo como esto: “si fueras un producto,¿qué obtiene alguien cuando te compra? y digo que es especial porque es una pregunta que me hizo sentir muy bien. No solo por tener clara una respuesta, sino porque me permitió darme cuenta que llevo ya algunos años preparándome para ese tipo de preguntas al vincular y aplicar la innovación a nivel personal, al pensar, construir y cada día fortalecer una marca personal y a continuar compartiendo la importancia de pensar en las personas como productos que deben tener un claro diferencial para ser competitivos y de pensar siempre que todos los productos y servicios son para personas, y que el foco de esos productos y servicios debe ser entonces el valor que puede agregar o la manera en que puede mejorar la calidad de vida de esas personas.

Empecemos por el principio, entendiendo que todo el que lea este artículo tiene algún tipo de conexión con la innovación, aunque algunos todavía no sean conscientes del tema, sin embargo, es posible que hasta este momento hayan visualizado y manejado la innovación como algo externo, algo que pertenece al mundo empresarial, pero les pregunto entonces ¿quién es más innovador? ¿la empresa?¿la marca? ¿los productos? o quizás tal vez las personas que están vinculadas a estas iniciativas, las que identifican las oportunidades, las que aterrizan las ideas, las que gestionan los proyectos y las que venden los productos y servicios en el mercado. Las personas somos el elemento clave para el éxito de la innovación y al mismo tiempo, las mismas personas somos el foco principal de cualquier esfuerzo o iniciativa de innovación.

De acuerdo con esa línea de pensamiento, tiene entonces mucho sentido pensar en las personas como un “producto” que se mueve en un “mercado” laboral y que es susceptible a oportunidades de mejora para ser más atractivo y más valioso para ciertos tipos de demanda, por favor entendamos que no es mi objetivo el convertir las personas en objetos, ya tenemos suficiente de ese tipo de cosas en nuestra cultura, por el contrario, el objetivo es generar una conciencia en las personas que competimos todo el tiempo, a nivel local, regional e incluso global, que cada cosa que decidimos aprender, investigar y/o pasar por alto es algo que nos puede diferenciar de nuestra competencia, que nuestra personalidad, nuestra experiencia y nuestros conocimientos en cierta medida nos definen y que por ende nos pueden facilitar o entorpecer ciertos aspectos, o el poder asumir ciertas oportunidades. Hay un gran libro que habla sobre esto y que siempre recomiendo se llama “Innovation is everybody´s business” que precisamente habla de este tema y comparte unos tips muy específicos sobre cómo una persona puede convertirse en un “producto” más innovador, les comparto algunos a continuación:

  • Busque oportunidades
  • Evite los supuestos
  • Genere experiencias
  • Piense diferente
  • Genere muchas ideas
  • Colabore en todo
  • Aprenda a vender sus ideas

Pues bien, ahora hablemos de los productos para personas, cada día tengo la oportunidad de seguir validando, al asesorar empresarios, la importancia de construir productos y servicios para las personas, el centrar los procesos de diseño y desarrollo de los nuevos productos y servicios en los usuarios y en los clientes, en generar valor y construir ofertas que generen un valor, que representen un diferencial y que permitan el crecimiento y la consolidación de las empresas. Debemos entender que el verdadero valor se construye desde la demanda, desde el entendimiento y satisfacción de necesidades, desde la identificación y resolución de problemas, desde esta perspectiva podemos entender quiénes son nuestros verdaderos competidores y dónde están las oportunidades de innovación y de negocios. Es muy importante entender que las personas siempre encuentran la manera de resolver sus problemas y que como empresarios debemos enfocarnos en dar a conocer nuestras soluciones, y más aún, en construir/fortalecer una propuesta de valor que se conecte con mis clientes y que ese valor que estoy generando se pueda reflejar claramente en los resultados de su organización.